Castro y área arqueológica de A Cabeciña · Oia
El origen del nombre de A Cabeciña proviene de la forma que tiene una de las piedras, la cual se asemeja con el de una cabeza. Los turistas que visitan este lugar suelen tener como objetivo encontrar esta singularidad entre el resto de las piedras.
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Descripción
En el Área arqueológica de A Cabeciña los visitantes podrán apreciar petroglifos con más de 4000 años de antigüedad en perfecto estado. Además, en su interior es posible visitar el Castro y sus grabados rupestres distribuidos en las piedras del lugar.
El Castro de Castelo Fariño se encuentra registrado entre otros yacimientos arqueológicos de 1991. Sin embargo, su historia se remonta a la Edad de Hierro, época en la que se levantó la gran muralla defensiva que mira en dirección al mar. Por otro lado, algunas excavaciones arqueológicas revelaron grabados primitivos que datan de la Edad de Bronce.
Curiosidades
El origen del nombre de A Cabeciña proviene de la forma que tiene una de las piedras, la cual se asemeja con el de una cabeza. Los turistas que visitan este lugar suelen tener como objetivo encontrar esta singularidad entre el resto de las piedras.
¿Como llegar?
Para comenzar este trayecto, primero visitaremos los restos arqueológicos de A Cabeciña, el cual forma parte de una popular ruta de Oia. Aunque podemos optar por comenzar la ruta desde el inicio en la desviación de la carretera PO-552, también podemos dar inicio a nuestro viaje en el Monasterio de Oia
Desde este punto, solo basta seguir un pequeño camino natural hasta el área arqueológica. Vale mencionar que no es necesario realizar este paseo a pie, ya que es posible llegar hasta sus cercanías en coche.
Para llegar al famoso castro que se encuentra en el Coto de Barcelos, tendremos que tomar una desviación en dirección al Albergue Turistico O Aguncheiro. Hay que estar atentos en el cruce que se encuentra antes de llegar al restaurante, entre unas casas a mano izquierda. Una prueba de nuestra cercanía será el avistamiento de una clase de invernaderos y el fin del camino asfaltado.
